Monografías
Los mayas
Hasta hace poco tiempo, los mayas eran considerados como un pueblo pacífico de sabios que construían centros ceremoniales, como Tikal o Palenque, a los cuales acudía la población campesina los días de fiestas religiosas y de mercado. Recientes investigaciones muestran que eso no era totalmente cierto.
Para fortuna de los arqueólogos, el Clásico maya es un periodo que quedó establecido en registros de inscripciones calendáricas. De acuerdo con el fechamiento de las estelas mayas, el periodo se inició en 292 y finalizó en 909, dividido en dos etapas, la primera del 250 al 600 y la segunda del 600 al 900. La división entre ambas se basa en la interrupción temporal de la erección de estelas y en los cambios que se distinguen en los vestigios arqueológicos.
A grandes rasgos, la primera etapa se distinguió por una fuerte influencia teotihuacana y por el impulso de los elementos culturales más característicos de la cultura maya. En la segunda hay un fuerte aumento de la población, con grandes concentraciones urbanas y un gran florecimiento económico, político y cultural.
El fin del Clásico se establece a partir de un colapso que provocó la decadencia en muchas ciudades mayas; sin embargo, este hecho no ocurrió en todas las poblaciones, y a la caída de los principales centros de poder, ubicados en la zona central, florecieron otros en la zona norte y dieron origen a las sociedades del Posclásico.
En la época temprana una de las ciudades más importantes, que incluso se ha llegado a considerar colonia teotihuacana, fue Kaminaljuyú. En otras ciudades, como Tikal, se identifican símbolos teotihuacanos e incluso hay estelas de dos soberanos mayas vestidos al estilo de la ciudad del centro. Otra evidencia interesante es la presencia de objetos de obsidiana verde teotihuacana y de la cerámica maya tzakol en Teotihuacan. En Uaxactúntambién hay elementos teotihuacanos.
En esta primera época la población creció y los elementos típicos mayas se desarrollaron: las estelas-altares, en donde se narran los acontecimientos más importantes de la vida de los gobernantes, los llamados arco y bóveda mayas, la escritura compleja y la cerámica multicolor, llamada policroma.
También se construyeron ciudades con altos templos y suntuosos palacios revestidos con estuco alrededor de plazas. Su organización irregular, sin ejes al estilo teotihuacano, hicieron pensar a los investigadores que no se trataba de ciudades sino de “centros ceremoniales” que no tenían una población estable; pero al investigar en los alrededores de estas zonas, los arqueólogos han llegado a la conclusión de que se trataba de verdaderas ciudades, densamente pobladas, aunque con una organización dispersa de las viviendas. Por ejemplo, se calcula que Tikal llegó a tener 10 000 habitantes, que llegarían a 35 000 si se cuentan las proximidades del centro de la ciudad, más otros 10 000 en los alrededores del sitio.
El modelo de ciudad maya se integraba a partir de un centro ceremonial y administrativo, compuesto por varias plazas, pirámides y complejos palacios. Alrededor había otros grupos arquitectónicos que se comunicaban por medio de calzadas o sacbeob. Las residencias se iban agrupando alrededor de los diferentes conjuntos, en orden económico decreciente del centro a la periferia, mezclados con la exuberante selva.
En la segunda etapa del Clásico se da el gran florecimiento de las ciudades, en las cuales se construyeron los edificios y monumentos de piedra más suntuosos de la historia maya. Tikal y Calakmul fueron las ciudades más importantes de la zona del Petén. Al occidente, las más poderosas fueron Palenque y Yaxchilán, y al sureste estaba Copán, cerca de minas de jade. Hoy se sabe que cada una de estas capitales ejerció, por medio de las armas y de las alianzas con otras ciudades por medio de matrimonios, un dominio sobre los pueblos y ciudades que las circundaban.
A diferencia de otras regiones, como la Cuenca de México y el Valle de Oaxaca, en la zona maya no existió una sola capital que dominara en el territorio, sino varias ciudades-Estado que formaban redes de subordinación militar, política, económica y ritual. Al interior de las ciudades-Estado había jerarquías sociales, pero el poder político de la región estaba distribuido entre un número aún indeterminado de ciudades que sujetaban a las poblaciones menores en su entorno.
La guerra no fue un fenómeno esporádico, múltiples esculturas y pinturas muestran batallas y trato cruel a los vencidos; los textos descifrados hablan de señores enaltecidos por las victorias, de triunfos y conquistas.
El comercio también enlazaba a los pueblos y ciudades mayas entre sí y con el resto de Mesoamérica. Los bienes suntuarios han permitido reconstruir rutas de mercancías tanto terrestres como fluviales a través de los ríos Grijalva, Usumacinta, Candelaria, Hondo y Motagua.
Al cabo de tres siglos de florecimiento de esta zona se produjo un colapso que afectó la cultura y poderío de muchas ciudades en forma irreversible, lo que desplazó a la población y los centros de poder hacia el norte, en la Península de Yucatán.