Monografías
Los mexicas
Los mexicas fueron la sociedad más importante y desarrollada del Posclásico. Su historia se puede rastrear desde 1325, cuando se asentaron en el Lago de Texcoco, hasta 1521, con la caída de Mexico-Tenochtitlan. Los dos siglos de existencia de esta sociedad se han dividido, a su vez, en cuatro etapas: el asentamiento del grupo en un islote del sistema lacustre de la Cuenca de México y su subordinación al poder tepaneca (desde 1325 hasta 1430); la consolidación de un fuerte Estado tras derrotar a Azcapotzalco (1430-1469); la expansión militar (1469-1502) y la consolidación de sus dominios (hasta la invasión europea).
El pueblo mexica es uno de los grupos chichimecas, ya agrícolas y con características mesoamericanas, que irrumpió en el centro de México en el Posclásico y se convirtió en el mayor imperio mesoamericano de la historia Prehispánica.
Los textos escritos de la época hablan que, en sus orígenes, los mexicas fueron un pueblo errante que salió de un lugar llamado Aztlán. Según la leyenda, los migrantes salieron de allí por mandato de su dios patrono que, por medio de sus sacerdotes, los guió hasta la tierra prometida. En Aztlán vivía un pueblo llamado azteca y, los mexicas, cansados de la explotación que los primeros ejercían sobre ellos, escaparon en busca de mejores condiciones de vida. Aztlán es un lugar que se ha tratado de identificar en el norte y occidente de nuestro país; específicamente hay quien lo ubica en la isla nayarita de Mezcaltitlán.
Según las fuentes documentales, los mexicas salieron bajo la protección del dios Huitzilopochtli, y después de un largo recorrido, con frecuencia marcado por la hostilidad de los pobladores de los lugares por donde pasaban, llegaron a las proximidades del Lago de Texcoco y se establecieron, en 1325, sobre uno de sus islotes.
La vida en el islote les ofrecía una gran cantidad de recursos alimenticios provenientes del lago y una posición defensiva privilegiada; pero también existía el problema del agua potable, de la falta de piedra para construir y las inundaciones que provocaban las crecidas del lago.
En el aspecto político su situación era complicada. La ciudad de mayor poder de la región era Azcapotzalco, capital de los tepanecas, que dominaba el borde occidental del lago y los valles de Toluca e Ixtlahuaca. También estaba la ciudad de Xaltocan, que dominaba la zona norte del sistema lacustre, y la de Texcoco, que agrupaba a los acolhuas y a los chichimecas de la parte oriental del lago. En el sur estaban Culhuacan y Chalco, que dominaba hasta Amecamecan, en la falda de los volcanes, y, por último, Xochimilco, que controlaba las montañas del sur. Ante esta situación los mexicas buscaron establecer alianzas.
Los mexicas destinaron el centro del islote al templo de Huitzilopochtli y Tláloc, y dividieron el resto del territorio en cuatro segmentos. En cada uno de éstos se asentarían las colectividades existentes desde la época de la migración. Una parte considerable de los fundadores no quedó conforme con el reparto, así que, en 1337, se separaron y fueron a vivir a otra isla en el norte y fundaron la ciudad de Mexico-Tlatelolco.
Las dos islas pertenecían a Azcapotzalco y los mexicas tuvieron que pagar tributo; sin embargo, solicitaron una rama de linaje noble para afirmar su posición, fundar su propia dinastía y buscar alianzas. Los de Tenochtitlantuvieron su primer tlatoani o rey del linaje de Culhuacan, y los tlatelolcas lo recibieron de Azcapotzalco. Cada quien con su linaje fue estableciendo alianzas militares y matrimonios por conveniencia.
Una fuerte enemistad con el señor de Azcapotzalco provocó que los mexicas se aliaran con los acolhuas de Texcoco, y juntos lograron vencer a los tepanecas en 1430. Los vencedores reorganizaron la Cuenca de México formando la Triple Alianza, que proclamaba la supremacía de tres estados: Mexico-Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan (ciudad tepaneca que sería el centro de poder tras la caída de Azcapotzalco).
La Triple Alianza mediaba entre las disputas locales que surgían y vigilaba la seguridad de la región, hecho que se utilizó como pretexto para expandirse con el fin de dominar toda la Cuenca de México.
Los tlatoanis de esta nueva época reforzaron las diferencias sociales entre nobles y plebeyos, centralizaron el poder y difundieron una fuerte religión militarista. A partir de 1469 continuó la expansión: dominaron Tlatelolco, que no volvería a tener gobernante propio, y expandieron su poderío militar y comercial más allá de la zona lacustre: sobre el centro de México, la costa de Veracruz, la Huasteca, Oaxaca y una buena parte del Occidente.
En 1502 subió al poder un tlatoani severo y muy religioso: Moctezuma Xocoyotzin, quien consolidó las rápidas conquistas logradas en el periodo anterior canalizando sus beneficios hacia los mayores estratos sociales. Fue una época de esplendor en la cual la ciudad de Mexico-Tenochtitlan llegó a tener una población entre 200 000 y 300 000 habitantes. A este tlatoani le tocó enfrentar la invasión europea y tras él sólo surgió un breve periodo con dos gobernantes, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, que continuaron la guerra de resistencia.