Museo

Sala
Teotihuacan

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Teotihuacan fue una de las ciudades más importantes de la época del Clásico mesoamericano. Empezó a cobrar importancia durante los primeros cien años de nuestra época, al concentrar gran parte de la población de la Cuenca de México, y declinó hacia el año 750.

La sala de Teotihuacan refleja diferentes aspectos y rasgos de la ciudad, entre los que destaca el urbanismo. Teotihuacan fue construida a partir de un plan que distribuyó y organizó los edificios de acuerdo a un eje central, formado por la “calzada de los muertos” donde se encuentran la pirámide del Sol y la de la Luna. Tales pirámides muestran los rasgos típicos de la arquitectura teotihuacana: la construcción en forma de talud-tablero.

Debajo de la pirámide del Sol hay una cueva que tiene un marcado significado ritual ya que las cuevas eran símbolo de origen y lugares de comunicación con los dioses. En la pirámide de la Luna excavaciones recientes han dado a conocer la existencia de una ofrenda-entierro que, además de objetos, incluye la osamenta de un individuo sacrificado con las manos atadas a la espalda y restos óseos de felinos y aves.

En la sala, además de varias maquetas que ilustran el trazo y extensión de la ciudad, hay una réplica de una parte del Templo de Quetzalcóatl y la reconstrucción de un conjunto departamental con ricas pinturas murales. En la ciudad había unos 2000 conjuntos departamentales habitados, con un patio central que tenía un adoratorio al centro.

El control de minas de obsidiana en Otumba y Pachuca hizo que Teotihuacan pudiera centralizar la elaboración de objetos de dicha piedra, de consumo en toda Mesoamérica. Pero no sólo había talleres especializados en la obsidiana, los objetos de cerámica también fueron producidos en forma masiva y distribuidos en muchas regiones a lo largo de una red de intercambio que llegó hasta la zona maya, Guerrero y la Costa del Golfo.

Las representaciones humanas en la cultura teotihuacana reflejan una visión idealizada del hombre. A diferencia de lo que ocurre en otras sociedades mesoamericanas, los artesanos no hacían retratos o imágenes de gobernantes o dirigentes. Especialmente en las máscaras, que podemos observar en una vitrina de la sala, se nota la ausencia de rasgos particulares y el predominio de un patrón estético fijo. Se ha pensado que las máscaras tenían una función funeraria, colocándolas en la cara del muerto, aunque también se habla de que formaban parte de la vestimenta que representaba a deidades determinadas.

Hacia el 750 a.C. la evidencia de incendios y la destrucción de edificios a lo largo de la calzada de los muertos hace pensar que la caída de la ciudad se debió a conflictos internos y a revueltas. Tal vez eso coincidió con el surgimiento de otros sitios como Cholula y Xochicalco que, probablemente rompieron la red de intercambio de productos de Teotihuacan.


En esta sala tu misión consistió en identificar la figura de una de las principales deidades y una vasija de cerámica que refleja la producción especializada de este tipo de piezas.