Museo
Desde la entrada a esta sala se menciona
la llegada del Homo sapiens sapiens de Asia
a América, a través de su paso por el Estrecho
de Bering. Aunque no es posible definir de
manera precisa una fecha para ubicar tal
acontecimiento, es probable que los primeros
habitantes del continente hayan llegado en un
periodo entre 30,000 y 20,000 a.C.
En la sala se hace un seguimiento de los primeros grupos humanos en América hasta su diferenciación en las culturas que dieron origen al periodo llamado Preclásico. En varias maquetas y vitrinas se pueden observar los instrumentos que usaron y cómo era la vida en sus campamentos, tal como se muestra en el Campamento de Tlapacoya, Estado de México, y en la Cueva de Santa Marta, Chiapas.
La diversidad biológica de nuestro país ofreció
una gran variedad de recursos a los primeros
pobladores, que los aprovechaban a través
de estrategias de caza recolección. En las
maquetas, además, se pueden ver ejemplos
de especies hoy extintas, como mamutes,
mastodontes y bisontes, y ejemplares de fauna
mexicana que sobrevive hasta nuestros días,
como venados y conejos.
La base de la tecnología de esta época fueron
los instrumentos de piedra o líticos; aún
no se elaboraban vasijas de cerámica. Se
han identificado diferentes tipos de cuchillos
que se han agrupado en lo que se conoce
como “complejos” entre los cuales destacan
Complejo Clovis y el Complejo Folsom, con
puntas de flecha acanaladas típicas de los
grupos nómadas.
Un fenómeno cultural asociado al Homo sapiens sapiens es el arte rupestre que engloba tanto pinturas realizadas sobre una pared rocosa como dibujos grabados en piedra, también llamados petroglifos. En Mesoamérica, tal como se puede observar en la presente sala, hay muestras de dicho arte en muchas regiones aunque destacan las pinturas de la Sierra de San Francisco en Baja California Sur.
Si bien la economía de estos primeros
grupos nómadas se define como de cazarecolección,
hacia el 7,000 a.C. en varias
regiones mesoamericanas se ha encontrado
evidencia de la domesticación de plantas: el
ser humano seleccionó, plantó y cuidó una
serie de especies para su beneficio, entre las
que destacan el maíz, la calabaza y el frijol.
El desarrollo de la agricultura posibilitó, en algunos casos, el surgimiento de comunidades sedentarias que vivían de forma permanente en un mismo sitio y que acumulaban recursos. Este cambio también permitió a los pobladores desarrollar nuevos artefactos como las ollas de barro y las piedras de molienda.
Descubre qué otras plantas se domesticaron en Mesoamérica y cómo se fue abandonando la caza-recolección como actividad económica primordial para adoptar la agricultura.